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maryloly 55F
3 posts
9/27/2007 9:13 pm

Last Read:
9/28/2007 7:50 am

El Hombre elefante


"Vi la luz por primera vez el 5 de agosto de 1860. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad". Así describe Joseph Carey Merrick la etiología de su enfermedad. En su conmovedora inocencia, el joven inglés, que nada sabe de malformaciones congénitas ni de genes dominantes transmitidos hereditariamente, atribuye la culpa de su demoledora enfermedad a un simple animal.
Joseph Merrick es, a poco que se considere, uno de los seres humanos más desafortunados de la historia. Su radical deformidad, la más severa jamás registrada en un ser humano vivo, lo condenó a una existencia de ostracismo a veces y de pública exhibición como fenómeno en otras oportunidades. Pero no es el único.

se describe en su autobiografía de esta manera:
“Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm., con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir”
Su madre murió de bronconeumonía en diciembre de 1861 y su padre posteriormente se casó con Emma Wood Anthill en 1874, quien para mala fortuna de Merrick lo despreciaba y lo aborrecía debido a su cada vez mas pronunciada deformidad, esto lo obligó a huir de casa en varias oportunidades, pero su padre siempre lo traía de vuelta, trabajó como vendedor ambulante de telas y cremas para zapatos, pero al ver su deformidad la gente le temía, lo repudiaba y hordas de niños detrás de Joseph golpeándolo y burlándose de él, total su vida era una total tragedia, su madrastra los seguía maltratando, le daba medias raciones de comida, e incluso platos vacíos, nuevamente Joseph escapó de casa y esta vez para nunca más volver.
Un verano Merrick fue a vivir con el guardabosque local. Un hombre que no se asustaba del aspecto de su invitado. Durante mes y medio fue el ser más feliz sobre la tierra paseando y observando las plantas y animales de la zona. De regreso a su casa de Londres la vida parecía sonreírle al sentirse valorado y querido. Entonces ocurrió lo inesperado. Una mañana fue encontrado muerto en su cama.
Por las notas de Treves los síntomas parecían de asfixia. Hoy al examinarse el esqueleto la hipótesis más admitida es que se quedó durmiendo sentado en la cama, su cabeza se inclinó de golpe desnucándole.

Durante años se ha supuesto que Merrick padeció neurofibromatosis, un raro mal todavía conocido como la enfermedad de Hombre de Elefante. Se trata de un desorden genético que afecta a uno de cada 4000 recién nacidos. El primer problema para aceptar esta afirmación radica en diversos síntomas muy concretos de la enfermedad que Merrick no tenía.
Recientemente, sin embargo, algunos médicos especulan sugiriendo que Merrick padeció el síndrome de Proteus; más raro todavía y del que sólo se conocen 100 casos en todo el mundo. Una extraña proliferación de las células causa el crecimiento del hueso anormal en el cráneo y en varios tejidos del cuerpo. Aunque, de nuevo, ningún caso conocido es tan llamativo como el del Hombre Elefante. Esta enfermedad se descubrió a finales de los años setenta y, debido a la falta de casos, quedan muchos puntos por aclarar todavía.

Saludos y abrazos.

Mary Loly